Desde la ventana de mi habitación vislumbro callada la fría mañana.
A fuerza de aplicar mi mente para no pensarte, logro desviar mi atención hacia el tiempo: temporal implacable.
Se enfría mi alma cuando en un despiste de mi vigilia vuelve a pensarte.Recuerda que la última vez que nos vimos ni siquiera me saludaste. Yo quedé obnubilada.
No puedo imaginar que pasó o dejó de pasar por tu mente para que ni siquiera me dijeras un triste "hola ".
Quisiera decirte tantas cosas que no sabría por donde empezar.Se me ocurre sólo decirme a mi misma que te olvide, que no hay futuro para ambos, que no puedo superar la indiferencia tan bien practicada.
Y entre lágrimas de acero , que duelen y que rasgan el alma me duerno tras un nuevo vistazo desde mi ventana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario