Cabalgan al viento
los mil pensamientos.
Desatinos fortuitos
lamentos sencillos
de un corazón latino.
Encuentra el silencio
la anodina capa del tiempo
Y la alondra trasnocha
por encontrarle mirando
a la luna, al lucero.
Cabalgan al viento
los cabellos tan negros
teñidos ya de gris.
Quien pudiera peinarlos
con la ternura de los dedos!
Y la soledad deja su huella
en las pisadas, en la senda
Perdida la mirada, ausente parece
mas tiene simiente honda y late fuerte
aquello que busca y que nunca aparece.
Se fue para siempre
y como brizna de viento
se fue sin remedio
dejándola herida de muerte.
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